lunes, 3 de noviembre de 2014

1920 KM. ARRANCAR UNA FLOR


 Casi 2.000 Km. recorridos y la ilusión va creciendo a la vez que va avanzando el repertorio de EL PUTO AMO. Aquella música de pasodoble en verano y aquella idea del tipo una tarde de cervezas en Bollullos va tomando forma y va convirtiéndose en una comparsa que creo que perdurará en mi memoria por muchos años. El avance en las últimas semanas ha sido bestial gracias a la implicación de todos los componentes en cada ensayo y a la exigencia a la que nos está sometiendo nuestro director.

 Tengo varios temas de los que me gustaría hablar, pero en este periodo de tiempo en el cual no he estado por aquí he leído varias cosas que me hacen aparcar todas esas ideas y hablaros de algo que me preocupa enormemente, y no es otra cosa, que la facilidad que tenemos en este mundo del Carnaval de convertir lo bueno en malo.
 Es como si cada vez que alguien intenta plantar una flor, estuviéramos esperando para arrancarla en el momento que empieza a crecer. Como cuando tú hacías un dibujo en el colegio y el gracioso de la clase para hacerse el chulito te lo rompía por la mitad.
 Y así es como me he sentido al ver varios comentarios vertidos sobre la publicación de los libros de autores del Carnaval.
 Quizá no nos damos cuenta de la repercusión que puede tener este proyecto o de la cantidad de gente "no carnavalera" que puede conocernos un poquito más y acercarse a esta fiesta gracias a este proyecto, o quizá no valoramos el esfuerzo del que en su tiempo libre en vez de estar viendo la tele está encerrado en su cuarto jugando a ser poeta y que este reconocimiento le da aún más fuerza para seguir muchos años ofreciendo sus creaciones.
 Algo bueno para nuestro Carnaval, una flor que poco a poco va cogiendo color, un dibujo precioso creado con mucho esfuerzo lo convertimos en algo malo, lo arrancamos de raíz y lo rompemos por la mitad poniendo en duda si alguien es autor o no lo es, si haber escrito dos pasodobles malos no te convierten en alguien importante para esta fiesta, si hacer pasodobles que al final no se han cantado en el teatro es algo sin valor ninguno o peleándonos por quien es mejor o peor o quien se lo merece más que el otro.
 La historia de este Carnaval... la envidia.
 Si entre todos regáramos cada flor plantada si mirar quien la plantó, si todos coloreáramos juntos cada dibujo sin importarnos quien lo diseñó... el Carnaval sería mucho más grande.